Noticia La Alianza Antipiraterí­a de TV Paga 2014

La Alianza Antipiraterí­a de TV Paga, alianza contra la descarga ilegal de señales por el procedimiento denominado Free to Air, anunció la incorporación de las compañí­as brasileñas Claro HDTV y Newco Programadora e Produtora de Comunicación.

Operadoras de televisión satelital anuncian nueva campaña para combatir la piraterí­a

La iniciativa, que reúne a programadores y proveedores de esta tecnologí­a en Latinoamérica, busca la colaboración de la industria contra la utilización ilí­cita de los decodificadores piratas.


José Ignacio Alvear, director del área legal de DTV, afirmó que "la idea es que la Subtel haga valer el Tratado de Libre Comercio de 2004, donde debe existir sanción para quienes comercialicen cualquier aparato que permita acceder ilegalmente a contenido sin autorización".

Sobre quienes compran este tipo de aparatos, el ejecutivo indicó que "el usuario no está adquiriendo nada robado, por lo que no está cometiendo ningún tipo de ilegalidad. Donde sí­ puede existir ilí­cito es en conectarse a Internet para obtener las claves, pero es difí­cil comprobarlo".

¿Qué hacen para evitar estas acciones? Se cuentan el monitoreo de sitios, blogs y foros dedicados a esta actividad. Con ello, es posible visualizar si algún operativo ha tenido éxito o no, ya que de inmediato se comienzan a generar comentarios nuevos preguntando por actualizaciones, Dongles y cambios de tarjeta o modelo de decodificador.

Además, uno de los objetivos de esta Alianza es culturizar y hacer que los usuarios tomen conciencia del ilí­cito, así­ como capacitar a instituciones policiales y públicas para su detección. que muchas veces se mezcla entre dispositivos electrónicos como consolas de videojuegos.

1) Para ellos, el verdadero FTA (parece una redundancia, pero no tengo mas remedio que decirlo así­) es un enemigo. Es una barrera en sus pingí¼es ganancias. No tienen interés en que cualquier persona aplicando las reglas de la sana crí­tica, entienda que el espacio es lo suficientemente grande para que haya señales libres y codificadas.

Para ellos, el espacio es exclusivamente para ser explotado comercialmente, cualquier intento de utilizarlo gratuitamente, debe ser erradicado.

Y como mecanismo asociado con esta idea, les pagan a los gobiernos de todos los paí­ses un "canon" (una tarifa) para que estos gobiernos les permitan emitir señales en sus respectivos espacios aéreos (espacio aéreo que originalmente es soberano de cada uno de los paí­ses).

Me enteré de este "canon", al ver alguna Resolución de la URSEC de Uruguay, donde se le cobra cinco mil dólares (anuales) a los propietarios del Satmex 5 ( o el satmex6 o el satmex 8, no lo recuerdo exactamente), por permitirles irradiar sus señales por sobre el espacio áereo del Uruguay. Lo mismo debe suceder con cada satélite que tenga pisada en Uruguay, Argentina, etc.

Así­ que como ellos pagan, entienden que tienen licencia para hacer sus "negocios" y cualquier intento de algún grupo de interés, que puede promocionar formas de ver TV gratuitas, serí­a permitir una competencia en un ámbito que debe rendirles al máximo.

Por eso, en Uruguay, no quieren las radios y nuevas emisoras de TV comunitarias (sin fines de lucro). Cada nuevo canal es un porcentaje de televidentes que se les escapa "como agua entre los dedos". En lugar de un rendimiento de 100%, tendrí­an un 90% y esa es una polí­tica comercialmente intolerable.

2) Si para estos fines, deben hacerle creer a los gobiernos, a los jueces, a toda la población, que las señales para abonados son un servicio tan necesario como el agua potable, como la gasolina, la leña, la comida, etc., harán cualquier cosa para que así­ lo parezca.

Y el que no paga su factura de energí­a eléctrica por ejemplo, debe merecer le sea quitado el servicio. Y si restablezco un servicio sin pagar, seré castigado como un ladrón de servicios públicos. Congruente con esta filosofí­a, tenemos la ley uruguaya 17.520 que remarca el concepto de "el que sin ser abonado captare señales ...". Tenés que ser abonado o ver TV análoga (la TV análoga, de aire, en Uruguay aún se sostiene con los ingresos de la propaganda comercial, con los auspiciantes).

3) Los monopolios de la TV paga, vinculan, mezclan, entreveran el entorno de esta discusión con los derechos intelectuales.
El FTA (el verdadero y el no verdadero) es para ellos una forma de eludir la recaudación de derechos de autor.

En Uruguay se sostiene esto.

Veamos un ejemplo: Si cualquier canal de Cuba, pasa una pelí­cula de alguna empresa norteamericana y se ve en Uruguay, dirán que los derechos de autor por haberse visto en Uruguay no fueron abonados. Esa forma de ver una pelí­cula (fuera del territorio cubano) es escatimar, soslayar, dejar fuera de la recaudación, el monto (parcial) por concepto de los derechos intelectuales al ser exhibidos en terceros paí­ses (en mi ejemplo, el Uruguay).


Seguramente, una buena parte de esta recaudación irí­a a parar a sus dueños (de los cuáles seguramente, ellos son representantes o administradores).

En mi ejemplo, Cuba compra los derechos para ver un film en Cuba, pero se aprovechan de esa situación, gente de otros paí­ses.

El "verdadero FTA" no es piraterí­a de TV solamente -dicen-, sino piraterí­a de derechos de autor.
Por supuesto que esta posición jurí­dica tiene una fundamentación jurí­dica en contrario.

Pero excederí­a tratarlo en este tema y además, pienso que alertarí­a a los abogados de sus patrocinadores a preparar una argumentación diferente, lo que no serí­a una buena estrategia de nuestra parte.

Sin perjuicio de esto, la legislación sobre derechos de autor puede ser diferente en cada paí­s y llegado el momento, habrí­a que estudiar cada caso puntualmente.

Como ves, para ellos, no existe el FTA.

El espacio áereo es una gran carretera donde quieren circular exclusivamente ellos con sus camiones.
Si tu citroen 2CV se atreve a circular despacito y por la derecha -para no molestar- los chocarán de atrás como sea y como de lugar.

Nos pretenderán pasar por arriba y seguramente dirán que todo ha sucedido por nuestra responsabilidad.
A menos, claro está, que ocurra una gran reunión entre toda la gente que profesa el FTA (el "verdadero") y salgamos en defensa de nuestros intereses comunes. Algo muy difí­cil de lograr -por supuesto-, aunque no imposible.